29 noviembre 2011

Malverde Blues Experience. Festival Internacional Aguas Blues XV. Noviembre 5 del 2011.







Hubiera querido empezar este escrito diciendo algo así como “estoy volando a 5 mil pies de altura con la Malverde Blues Experience (MBE), y estamos a punto de estrellarnos”, pasaríamos a la historia, pero no. Eso es solo para las películas y, además, ustedes se hubieran perdido de este intento de crónica.

La Malverde Blues Experience fue invitada una vez más al Festival Internacional Aguas Blues en Aguascalientes, para la edición número XV, en el cual ya había participado en otras ocasiones, y por circunstancias del destino, me tocó ser invitado en calidad de mánager de la banda. ¿Cómo llegué a convertirme en el mánager de la MBE? Ni yo lo sé, pero el ser el mánager de esta banda, la única que toca blues actualmente en Culiacán y, puede ser que en el Noroeste del país, es un verdadero placer.

Los preparativos empezaron desde meses atrás, con el anuncio de que estábamos invitados al festival. De ahí, los integrantes se dieron a la tarea de preparar el material que habrían de tocar esa noche. Nada de covers, eso es para las tocadas de bares (Mr. Rock, los miércoles y Lemon –antes Las Ventanas-, los jueves). No. Material propio. Nada de refritos. Puro poder blusero atascado y directo. Como debe de ser.

Finalmente, el jueves 3 de Noviembre del 2011, se entregó el vehículo que habría de convertirse por pocos días, en el Malverde Bus para el traslado del personal y fierros al mencionado festival. Partiríamos el viernes 4, para un trayecto de 11 horas de recorrido por carretera, con todo lo que ello conlleva en estos días.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 4:30 AM. A levantarse que será un largo día. Un baño con agua fría para estar despierto y esperar a que pasen por mí César “Mimoy” Naranjo y Roberto “Reta” Retamoza, bajista y baterista de la MBE, respectivamente. Larga espera, pero finalmente llegamos a casa de Roberto “Mojo” Fernández, cantante. Ahí ya estaban Alberto “Beto” Prieto, guitarrista y Carlos Loya, fotógrafo, quien nos acompañaría en el viaje, para documentarlo.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 6:10 AM. GPS listo. Discos listos (no puede ser un buen viaje sin buena música, por supuesto). El GPS dice que faltan todos los kilómetros para llegar a Aguascalientes, y yo pienso que no solo kilómetros, sino además litros de paciencia pues ya queremos estar allá. Jimi Hendrix, con su “Valley of Neptune” truena en el estéreo. Se checan las medicinas para el viaje. Todo en orden. Tomamos la Obregón para salir por el Zapata y el Reta ya va jetón y con dolor de partes bajas. Mujeres, ¿por qué le hacen eso al hombre? Pero bueno, con el sueño se olvidan las penas, aunque no detenga la carrilla. Pasamos la Victoria, donde todo se arregla, hasta el fleje de un wah-wah que ha recibido una cirugía menor para estar listo para el evento. Tomamos la Costera rumbo al sur y la plática se pone sabrosa, con varios tópicos, incluso el cómo vencer a un polígrafo respecto de lo cual salen diferentes teorías, concluyéndose que la mejor manera de vencer al polígrafo es que platiquen con tu dedo…Los Lizzard Twins hablan de pasto y vuelo, mientras el estéreo recibe a George Benson.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 7:40 AM. El entronque a Dimas y sin pescado. Otro día será. Por hoy, el blues es lo que importa y está en nuestras mentes y en nuestros corazones, como dijeran los soldados gringos. George Benson pone a dormir a la sección rítmica de la MBE y mientras rodamos al sur, ya para llegar a Mazatlán, empieza a sonar una rola de los Bay City Rollers, que es quitada inmediatamente. Gustos culposos, tienen el prurito de salir en los momentos menos apropiados. Quien esté exento de ellos que tire el primer CD por la ventana.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 8:15 AM. Mazatlán. Llegamos al puerto y vemos que el gobierno se encuentra realizando obras de “mejoramiento” carretero. Un puente mamila se nos atraviesa y nos desvía por deliciosas calles cargadas de anécdotas en forma de hoyancos. Los recorremos todos, para finalmente salir rumbo a Rosario. Moteles de paso y el mundo despertando. Una desviación más. Igual que el país, pienso. Solo el blues da esperanza en estos momentos. Seguimos nuestro camino y vemos lo insólito; una mujer pelirroja con un peinado en forma de carpa. Lo juro. Lástima que no hay foto de ello. Mississippi Queen y seguimos nuestro camino por el inframundo mazatleco, rumbo al estero de Urías y sus olores característicos.

Hace hambre y vemos un changarro de carnitas. De aquí somos, dijimos. Y nos paramos. Carnitas Yosi, en El Castillo, Mazatlán. Dos kilos de carnitas mixtas. Tráiganos frijoles guisados con manteca de cochi y hartas tortillas. Un Tonicol o una Coca de dieta son buenas para bajar el manjar. No. No hay dietas, religión ni preferencias sexuales en la carretera, dicen. Así que quien no come carne por ser vegetariano, le entra con enjundia a las carnitas, quien está a dieta se olvida de ella. O comes o te chingas. ¿Captas?

Y así, nos convertimos en unos modernos Hobos. Fumando algunos la normalidad y otros cigarros de salva, continuamos el camino y pasamos retenes. Vamos en un carro que en vez de ser carro debió ser pecera de no ser porque no lleva agua en su interior, sino 6 peces eléctricos que quieren romperle la madre a muchas cosas: la violencia, la indiferencia, la mediocridad y la ceguera de quienes manejan al país. El blues como integrador del tejido social. El blues universal que todos sentimos. El blues como forma de vida. Nada de balazos ni corridos de a pedido. Puras mamadas. Sin tener nada en contra del corrido (sino al contrario), se critica las desviaciones a causa del fenómeno del narco. Una cosa es contar una historia, y otra muy diferente, glorificar a un cabrón que se las dio de muy chingón hasta que alguien le cumplió el deseo de llenarlo de agujeritos, mandarlo al otro mundo y que le compongan su corrido. Pobres pendejos. Cada quien su pomo.

Jeff Beck suena rumbo a Nayarit, hay buen sol y el camino está tranquilo.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 11:00 AM. Buddy Guy truena su guitarra acústica en una excelsa versión de “Crawling King Snake” y la carretera que no parece terminar. Solo sube y baja. Vemos un letrero: “Guadalajara 261” y John Lee Hooker se roba a Hendrix, tocando “Red House”. Carlos Loya toma fotos y más fotos del camino. Los Lizzard Twins siguen jetones, como si el mundo estuviera detenido. Camioneros a la mitad de la carretera en pleno despliegue de urbanidad. Pendejos. Rebasamos y Tepic que no termina de llegar, carajo!

Para matar el hastío, Roberto realiza sus mejores choteos respecto de las canciones que estamos escuchando, como si fuera un cantante de aquellas bandas ochenteras de “hair metal”. Verdaderamente hilarante. Tristes Nelson o Pretty Boy Floyd a su lado. Ya quisieran las Wilson Phillips el falseto choteado del buen “Mojo” Fernández. Más discusiones filosóficas. Ahora, respecto de la gordura, de la cual 3/6 de los ocupantes del carro disfrutamos. “Todos los gordos, aunque adelgacen, siguen gordos de alguna manera”, dice alguien. Frase que brindo a la posteridad y a los que se matan en los gimnasios.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 12:05 PM. Saliendo de Tepic los ánimos mejoran al igual que la carretera, después de una parada por diesel, agua, cigarros y chicles. El blues ha de nutrirse de cosas elementales. Mimoy duerme como si el mundo fuera de aceite. Los pinos empiezan a aparecer y todo se ve diferente. Sin duda el frío debe de ser un signo de la prosperidad y el avance, pues por momentos, parece que estamos en otro país. La vegetación es diferente en cada misión del blues. Aguascalientes, no te la vas a acabar!

Motley Crue para despertar y reír un rato. “Without you in my life, i’d slowly wilt and die…” y la MBE platica de la sierra, las cabañas y el bosque, cosas exóticas para un culichi acostumbrado al calor, el polvo y los balazos.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 12:50 PM. Mimoy levanta la mirada, ve la hora y vuelve a dormir. Que el blues espere un buen rato. Ixtlán del Río, Nayarit. Anarchy in the U.K. Curiosamente, vamos muy callados. Medito respecto del viaje. Una banda del noroeste del país, de la tierra del aguachile, la mota y los balazos, que toca blues, no corridos, música norteña, tecnobanda o narcororridos, y que es invitada y esperada en uno de los estados más tranquilos del país. Algo notable, sin duda. Los integrantes – y quienes los acompañamos -, trabajamos todos en diversas cosas para ganarnos la vida. Los hay quienes son freelancers, empleados de gobierno, empresarios por cuenta propia y empleados en la iniciativa privada. A diferencia de los hobos de antaño, todos vivimos de alguna manera el estilo de vida de esos antecesores del blues, solo que en vez de abordar trenes al vuelo, tenemos que estirar nuestras amarras para ir en busca de un ideal. ¿Cursi? Puede ser. Pero que se lo cargue el payaso a aquel que no tiene sueños y, peor, que no hace nada por alcanzarlos. El blues como forma de vida no es de un ratito. No es pose, ni moda. Es algo que se trae adentro y, sin importar de qué se viva o cómo se den las cosas, sale siempre en todo momento.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 1:30 PM. AC/DC y los inicios de Jalisco, con sus plantas tequileras, sus jimadores caminando a su trabajo y nosotros con la intención de llevar al blues a donde es apreciado. ¿Por qué en Sinaloa no existe un Festival de Blues? Reunirse con otros que lo viven y disfrutar de un escape de la vida – dejando la vida en suspenso por unos días (there’s a hellhound on my trail) –, tiene un encanto particular; el saber que uno no está solo en esto. El sentir que otros apreciarán lo que uno hace sin cortapisas. Llamada perdida de mi Madre, quien llama para checar a su hijo, sin importarle que el hijo tenga 42 años. Ella, con el cetro en la mano. No existe el blues para las madres, ellas son el blues.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 2:00 PM. Entrando a Guadalajara, checando rutas en el GPS y el Iphone, y decidiendo por dónde iremos. Atravesaremos la ciudad, y Mimoy se pone contento. Vivió allí y se planta en guía de turistas: “aquí vive el Yigo”, “por aquí me iba a tal parte”, et cétera…Necesito un baño, y no soy el único.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 2:20 PM. Parada técnica para fumar, estirar el cuerpo, comprar agua, ir al baño y ver el surgimiento de “Paper Boy”, quien papel higiénico en mano, nos recuerda que la mundanidad lo es todo en el blues. Lo cotidiano marca la pauta en este viaje que todo tiene, menos misticismo. Suena el celular y es un mensaje de mi hermano Pável, quien pide saludar a la banda y decir simplemente “Yo!”…

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 3:00 PM. El funk se apodera de la camioneta y Prince canta para todos…sí, Prince. No hay discriminación alguna en cuanto a la música que escuchamos. Solo apreciamos y decidimos si nos gusta o no. Lo subjetivo es siempre universal. Los Lonely Boys aparecen y pienso en otra vida. Cerca y lejos. “How far is heaven?” Recuerdo a mi mujer y a mis hijos y me digo que nunca seré un verdadero blusero. Tengo raíces. Y muy firmes. Menos mal que sólo soy el mánager. A las 4:00 PM pasamos por la caseta rumbo a Lagos de Moreno, donde hacemos parada técnica y escuchamos “Easy” de The Commodores. Revisión de camino más adelante y una cola interminable de carros, finalmente, entramos a Aguascalientes a las 4:45 PM, escuchando “El Corrido del Baquetón”, mientras Carlos Loya se convierte en un sicario de la fotografía, disparando su cámara a diestra y siniestra y capturando imágenes como si fuera el diablo recolectando almas…

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 5:00 PM. Pasando por el Teatro Aguascalientes, donde tocará la MBE. Se ve muy bien. Moderno y grande. Me trae varios recuerdos, pues mi Madre se ha presentado ahí y también en el teatro más antiguo de la ciudad, histórico al haberse proclamado ahí la Constitución del país.

Viernes 4 de Noviembre del 2011.- 5:55 PM. Entramos al hotel, nos registramos, desempacamos el estómago, ponemos a cargar celulares, prendemos la tele y esperamos la cena. La banda está cansada, pero los ánimos – y el hambre – son fuertes. No tardarán en llegar por nosotros los organizadores. Finalmente llega alguien, nos entrega las camisetas del festival – azules, muy bonitas – y nos vamos a cenar tacos y tortas. No beer. Mega-atascada de carne, nopales – Reta, gustas? -, aguas frescas y mucha plática. El organizador nos comenta que estuvo a punto de no organizarse el festival, dada la carencia de recursos y la nula disposición de las autoridades gubernamentales para apoyar. El anterior gobernador dejó al estado temblando, sin dinero; y la nueva administración solo le hace al loco, haciendo caravana con sombrero ajeno por medio de la Secretaría de Turismo, que anuncia al festival como un programa propio, pero al que no se suelta ni un quinto. En todos lados se cuecen habas, parece.

La realización del festival se hace a base de puro producto de gallina y orgullo. Se hacen diversas actividades durante el año para recaudar los fondos necesario para todo esto. Se negocia con los participantes. La MBE no cobró un peso por su presentación en el festival, solo costó su alimentación y hospedaje – que no fue poco, por supuesto - , por ejemplo. Regresamos a dormir a las 10:30 PM y decimos adiós al día, recuperando energías para lo que vendrá mañana.

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- 7:00 AM. Desayuno anti-blues: fruta, jugo. Los demás dormidos aún. Té de frambuesa, jugo de naranja, quesadillas y frijoles. Más gay, no se puede. Empezamos a hablar de circuitos, bares, bandas y artistas profesionales, sin importar géneros. Hablamos de que no existe un circuito en Culiacán para tocar música, simplemente porque no hay una escena. De sueños y pesadillas violentas se vuelca la conversación. Hay quien aún en sueños mata al prójimo espantando al de al lado. El blues también es un encuentro cercano del tercer tipo. Despiertan finalmente los del otro cuarto. “Rolling on the river”…Terminamos el desayuno. Vaciamos el cuerpo y lavamos el diente, para ir a conseguir artículos necesarios para tirar humo ecológico, y nos dirigimos al soundcheck, el cual está programado para las 11:00 horas.

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- 11:00 AM. Llegamos al Teatro Aguascalientes y lo vemos magnífico. Entramos a camerinos y finalmente, al escenario, ese lugar sagrado en donde todo sucede si se pone empeño. Es magnífico y la butaquería vacía produce sonrisas en todos los que ahí estamos. Nos presentamos con el resto de los organizadores, nos entregan nuestros gafetes y ante el titubeo lógico de todos los músicos, procedemos a iniciar el rito de conectar los aparatos, extender cables y regular equipo. La MBE toma la iniciativa e inicia el soundcheck. El Fender DeVille para la armónica queda regulado y apunto en mi libreta los valores necesarios para que “Mojo” suene de poca madre: Treble 2, Bass 6, Middle 3, Master 2, Reverb 2.5 y Presence 5.

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- 11:30 AM. “Reta” sonoriza la batería. Todo OK. La Malverde Blues Experience está conectada, regulada y deja sentir un poco de lo que vendrá en la noche. Veo sonrisas en los demás músicos. Los ánimos están tranquilos, con ansia de checar todo y que todo esté listo. Micrófono para el amplificador del Beto, quien estrena fuera del estado su Mesa diminuto, pero brutal. Nada como el sonido de un teatro vacío. Seremos el cuarto grupo en el orden, nos dicen. Lo apunto. Como si pudiéramos olvidarlo.

Callejón Azul, del D.F. sonoriza con Texas Flood, de Stevie Ray Vaughan y suena bien. Su cantante me recuerda a ratos a Betsy Pecanins. Nos retiramos del teatro y nos dirigimos al hotel para comer y descansar un rato. Después de la comida, nos retiramos a los cuartos. Un poco de cerveza y cigarros aparecen para calmar el nervio, si es que lo hay.

Duermo un poco. Despierto y me doy un regaderazo. Hay que estar alerta. Se necesitarán muchas cosas antes y durante el concierto, me digo.

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- 5:00 PM. Llegamos al teatro y nos dirigimos al camerino. Veo el letrero que dice: “Malverde Blues Experience”, con el logo del Festival y siento orgullo en verdad. Aquí tratan bien al artista, me digo. Es solo un detalle. Pero está ahí. Alguien corre a todos del camerino para evacuar impurezas, mientras que a las 5:30 PM Doberman, banda local, inicia el festival.

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- A Doberman le siguen Callejón Azul (D.F.), Los Amigos del Blues (organizadores), la Malverde Blues Experience (Sinaloa) y Enigma (D.F.)…alguien nos pide una entrevista para después del concierto, le decimos que sí. En las piernas del escenario vemos transcurrir la tarde noche de este día en que finalmente Aguascalientes escuchará otra vez el estilo de blues de la MBE, con su potencia y su atasque, su presencia y su franqueza. Puro pinche blues!

Sábado 5 de Noviembre del 2011.- 8:30 PM. La Malverde Blues Experience pisa el escenario y todo explota. Quisiera poder escribir en palabras lo que se siente, pero no puedo. Es mucho orgullo, felicidad y satisfacción ser parte de algo verdaderamente bueno. Aunque en Sinaloa no se aprecie. El escenario literalmente reverbera con el sonido atascado de la MBE. Están tocando como nunca. Verdaderamente es muy diferente verlos en este contexto. Son otros los poderes y otras las intenciones conjuradas. Roberto hace gala de un duende encabronado y de volada envuelve a la gente, explicándole de que tratan las canciones, en que se inspiraron para componerlas, de dónde venimos y porqué. “Arriba Sinaloa, pariente!”, grita alguien, el baterista responde con una ráfaga de tarolazos y la gente aplaude. La misa azul ha empezado y nadie sale del templo. El reverendo se ayuda de sus compañeros, la música se hace cada vez más vertiginosa y la gente empieza a bailar. Alguien pide la armónica a Roberto. Muchas sonrisas en el escenario…y mucha agua. Pido que bajen las luces medias y así se hace. Beto pide un cable, parecen acabarse las baterías de su sistema inalámbrico, pero no; durarán todo el concierto. Están conectados y tienen a todos conectados. La retroalimentación es palpable y casi puede tentarse. La base rítmica está haciendo pedazos todo y a todos. Beto es un blues demon y quiere bajar a caminar entre la gente, pero es complicado, dado que el proscenio es muy alto, la gente grita y aplaude muy fuerte. La voz de Roberto suena como siempre y como nunca. Un concierto es como bañarse en el río. Nunca dos veces en la misma agua, dicen.

Termina el setlist, compuesto por Tumbadona (a falta de nombre definitivo), Black Heart Blues, Kick My Fix, Southbound, Tamazula River Mama, Mean Black Spider, Love Gone Bad, Big Bad Wolf, Calling Dr. Johnson y Blues Demon…el graderío se cae a aplausos y gritos. Dan chanza para una más y Beto se arranca con Pride & Joy de Stevie Ray Vaughan. Roberto regala finalmente la armónica, sonríe como si acabara de hacer una travesura que solo él entiende. Sonríen los demás, y finalmente, abandonan el escenario. Seguirá Enigma, a quienes queda un paquete enorme. Nada importa ya. Drenado el sistema, los integrantes vuelven a su habitual parsimonia.

Nos recuerdan de la entrevista prometida y accedemos. Nos vamos al camerino a guardar cosas y fuera de él se desarrolla la entrevista. La sorpresa del entrevistador al conocer el porqué del nombre de la banda, produce algunas risas entre los integrantes. Nada de localías con santitos milagrosos. La Malverde Blues Experience tiene un significado tan elevado y común, como el resto de la humanidad. Solo comparten con Malverde la ciudad de origen y el gusto por la música y las mujeres bellas de Sinaloa.

Salimos a la cafetería por un café y la gente se acerca para felicitarnos. Quieren todo de la MBE. Que regresemos, que no nos vayamos, que les platiquemos y nos tomemos fotos con ellos. Nos dicen que están contentos. La gente es muy amable en Aguascalientes, y no deja de llamar la atención que, al acercarse, lo hacen casi con pena. Hay para todos. Roberto autografía la armónica regalada y el depositario de la misma casi chilla del gusto. Aparecen los programas de mano e incluso, carterles del festival para ser autografiados. Firman todos, incluso quien esto escribe. Autógrafo de mánager. Chale. Pero no importa, todos estamos contentos y la gente agradece todo y todo se les agradece de nuestra parte también. Noche completa.

Los organizadores ofrecen una cena para los músicos y sus acoplados -presente! -, y finalmente, a las 5 de la mañana, nos retiramos a dormir, después de ver algunas de las incontables fotos tomadas por Carlos Loya, quien captó todo y a todos; por cierto, la única persona con los autógrafos de todos los que pisaron en escenario fue él, plasmados en su camiseta del festival. Memorable recuerdo, no hay duda.

Al otro día, a desayunar, tomar carretera y venirnos a Sinaloa a retomar nuestras vidas, con su cotidianidad y sus desvelos. Al volver a ser “normales” – ¿qué es ser normal? -, a tratar de sobrevivir y tratar de seguir nuestros caminos. Hasta que volvamos a encontrarnos para volver a montar el ave fénix del blues en que se transforma cualquier banda que viaja a presentar una parte de su alma.

Hubo quien le rezó al Malverde y quien se fumó el Apocalipsis.


Noviembre del 2011.